Además de poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Delitos de Odio , se ha pedido formalmente la apertura de expedientes sancionadores por parte de todas las Comunidades autónomas que lo contemplan

Madrid, a 21 de Marzo de 2017.-

El Observatorio Español contra la LGBTfobia (StopLGBTfobia) ha decidido finalmente interponer una denuncia penal por la masiva difusión por parte del diario “ABC” del panfleto de la organización fundamentalista “Hazteoír” dentro de sus páginas interiores, que consideramos una distribución masiva de discurso del odio contra las personas LGBTI.

Además ya se han puesto los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Delitos de Odio por si fuese constitutivo de delito ante la incitación a la discriminación y humillación de la dignidad de las personas LGBTI. Por su parte hemos solicitado formalmente la apertura e incoacción de expedientes sancionadores a “ABC” y “Hazteoir” por parte de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid al amparo de la Ley 3/2016, el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat de Cataluña al amparo de la Ley 11/2014, la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura al amparo de la Ley 12/2015, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades del gobierno de la Región de Murcia al amparo de la Ley 8/2016 , y la Consejería de Servicios Sociales y Cooperación del gobierno de Islas Baleares al amparo de la Ley 8/2016.

“Desde el Observatorio contra la LGBTfobia estamos completamente ultrajados y sorprendidos por la difusión el pasado 19 de Marzo en sus páginas interiores del panfleto del ‘lobby del odio’ Hazteoir contra la dignidad de las personas LGBTI. No se trata únicamente de una incitación a la discriminación, la humillación, la vejación y el desprecio de todo un colectivo poblacional como son las personas LGBTI. Consideramos que este hecho es de máxima gravedad, que se trata de una difusión masiva de discurso del odio, y que colma el vaso de nuestra paciencia ante la inacción de la justicia y de las administraciones para terminar de una vez por todas con este cúmulo de odio y sinrazón que como una bola de nieve se va engrosando cada día más”, ha declarado Paco Ramírez, director del Observatorio StopLGBTfobia.

“Estos hechos a nuestro juicio están insertos en los supuestos de hecho contemplados en el artículo 510 del vigente Código Penal, agravados los hechos contemplados en el artículo 22 del vigente Código Penal. Los que consideramos de una gravedad inusitada y solicitamos las penas máximas que contempla la ley. La libertad de expresión de las ideas de cada colectivo, aun cuando no sean compartidas por el resto de la sociedad, es fundamental en un sistema democrático. No obstante lo anterior, tal y como se ha ido elaborando en la Jurisprudencia española e internacional, el denominado “hate speech” o discurso del odio no puede estar amparado nunca en este derecho.”, declara el letrado y Asesor Legal, Estanislao Naranjo Infante.

“Incidir de forma reiterada en que son privilegios o derechos otorgados gratuitamente, además de ser algo evidentemente falso, incita gravemente a la discriminación, al desprecio, a la humillación, incluso a la violencia contra el colectivo LGBTI, todo cuando llevan meses generando con sus campañas a través de medios de comunicación y redes sociales un clima de crispación tal que ha hecho aumentar cualitativamente el número de agresiones e insultos en la calle, pero sobre todo han generado una espiral exponencial del discurso del odio contra las personas LGBTI, todo ello a sabiendas de que los contenidos son polémicos, acientíficos y provocadores de un incremento de discurso del odio”, afirma rotundamente Paco Ramírez, director de StopLGBTfobia.

“De forma grave, es la última campaña promocional fletando autobuses con lemas difamatarios e insultantes hacia los menores transexuales, que lo único que pretenden es incitar de cierta manera a los insultos, violencia y cierta forma de mensajes de odio contra ellos mismos, haciéndose pasar por presuntas víctimas de una pretendida “libertad de expresión”, cuando son los verdaderos culpables y perpretadores del odio hacia sí mismos. Para ellos todos vale, con tal de hacerse “víctimas” y conseguir más seguidores para su causa, cuyo último fin es lucrarse con los donativos anónimos que reciben en el amparo de ser considerados “organización sin ánimo del lucro y de utilidad pública””, explica Ramírez.